

Mi blazer de sastrería
Como pasa con las mejores amigas, puede que no salgáis juntas desde hace años, pero cuando abres el armario y la sacas de la percha, es como si os hubierais visto la noche anterior.
Yo, por ejemplo, había dedicado incontables horas a coquetear con jerséis gruesos, tops ajustados y blusas vaporosas, hasta que un día me di cuenta de que no podía vivir sin ella. No tengo ninguna duda: en ese harén de pasiones ardientes que es mi armario, la chaqueta es mi favorita, el amor eterno del que nunca me cansaré.
Vestidos fluidos, conjuntos de camisa y falda, camisetas y vaqueros… No hay ningún look que no se pueda conjuntar con un blazer, a cualquier edad y en cualquier época del año, siempre y cuando elijas el adecuado. No importa el color ni la silueta: una buena chaqueta es aquella que no te das cuenta de llevar puesta.
Cuando finalmente me la probé, qué emoción, sentir la ligereza con que envolvía mis hombros.