HERO v1_desktop_Runway - Marina Rinaldi
HERO_MOBILE_Runway - Marina Rinaldi

¿Vienes conmigo al desfile?

“¡Vaya! Trabajas en moda”. Mucha gente reacciona así cuando explico a qué me dedico. Al principio, siento una cierta satisfacción al atraer la atención de la gente. Pero bastan un par de frases más para llegar a la inevitable pregunta: “¿Me llevas a ver un desfile de moda?”.

or mucho que ahora se puedan ver en streaming, la idea de participar en el gran ritual de un desfile de moda siempre despierta curiosidad. Yo misma, a pesar de haber estado en muchas semanas de la moda, siempre me pongo un poco nerviosa cuando se acerca la temporada de las pasarelas.

 

 

 

 

Un desfile de moda es mucho más que una secuencia de bellas mujeres luciendo vestidos. Es como si cada temporada alguien te invitara a su casa para contarte una nueva historia, pensando hasta en los más mínimos detalles para intrigarte, provocarte, hacerte soñar y, por qué no, mostrarte que quieres presentarte de una manera distinta. Un asiento en primera fila es como un primer beso, nunca lo olvidas. Me encantaría llevar conmigo a toda la gente cuyos ojos se iluminan por el simple hecho de imaginar esa escena. Lo cierto es que, si cada uno de los que trabajamos en un desfile fuéramos acompañados de amigos, probablemente necesitaríamos un estadio de fútbol para caber todos. Sin embargo, puedo describirte un poco mejor cómo funciona y qué sucede.

 

 

 

 

 

Todo empieza mucho antes de la hora señalada, cuando abres el armario y eliges el look del día. Si ya me lleva tiempo preparar mi outfit cada mañana, imagínate cuando voy a un desfile de moda. Eso sí, no me gusta cambiar demasiado mi imagen solo para llamar la atención. Por ejemplo, si mañana tuviera que ir a un desfile, creo que optaría por un vestido de cady negro tipo chaleco, sin mangas, con escote en pico y una bonita abertura en la parte delantera, de esos que estilizan la figura sin apretar. Luego, para equilibrar la sobriedad, lo adornaría con unos pendientes grandes, un montón de pulseras en las muñecas y unas sandalias con efecto metalizado reflectante.

 

MEDIA TEXT_DESKTOP_Runway-2 - Marina Rinaldi
A veces hasta se me han caído las lágrimas, he deseado tener una varita mágica para poder ponerme al instante algún vestido y he tomado notas mentales consciente de que había visto desfilar un indicio del futuro. Por supuesto, siempre me siento muy agradecida a aquellos que, gracias a esas prendas, hacen el mundo un poco más especial.

 

La gente del mundo de la moda tiene su propio concepto del tiempo: si la invitación dice que hay que presentarse a las diez de la mañana, ya sabes que el evento empezará como muy tarde a las diez y media. Sin embargo, siempre que el tráfico lo permita, te aseguras de no llegar a última hora. ¿Por qué? Muy sencillo: para asistir al desfile dentro del desfile, es decir, a la llegada de los invitados que, como tú, se habrán vestido con esmero para la ocasión. Quizás penséis que es un infierno donde todos se critican entre sí, pero la realidad os sorprendería. Salvo algunas habladurías inevitables, lo que prima es el intercambio de ideas y sugerencias. Siempre encuentro una gran inspiración en la imagen de mis compañeros.

 

 

 

 

 

Llega el momento: las luces se atenúan, el bullicio se apaga, la música comienza, preferiblemente a todo volumen, y las miradas se posan en el primer look, que marcará el tono del espectáculo. A veces me encanta ver la ola de cabezas girando al unísono, un mar de ojos (y smartphones) buscando esa emoción sutil que se apodera de ti cuando te enfrentas a la belleza. Meses de trabajo de los talleres de estilo, modelado, prototipado, estilismo y sastrería cobran vida con el paso de las modelos. Esos apenas doce minutos de espectáculo nos transportan a todos a otra dimensión, que tras unos meses se hará hueco en nuestros armarios.

 

MEDIA TEXT_DESKTOP_CRISTINA_MANFREDI - Marina Rinaldi

Cristina Manfredi: ¿Quién está detrás del nuevo Fashion Journal de Marina Rinaldi?

Nacida en Biella y milanesa por elección, es una periodista de moda, estilo de vida y sociedad apasionada por el buen humor. Trabajó como periodista para Milano Finanza Fashion y luego pasó a Vanity Fair, hasta que renunció para dedicar más tiempo a proyectos personales, la escritura, el tango, el running y sus amados gatos. Hoy es colaboradora de Vanity Fair, L’Officiel, Marie Claire y Style Magazine - Corriere della Sera.