Comienzo por el maquillaje, muy ligero pero siempre cuidado. Lo completo con unos pendientes que combinen bien con el estilo, anillos grandes y, para contrastar, pulseras finas. También presto mucha atención al bolso y trato de evitar los clásicos modelos de rafia, esos donde normalmente metería la toalla de playa. Mis caftanes se merecen un bolso llamativo, por ejemplo, uno de piel, perfecto para guardar mi portátil y mis documentos incluso en septiembre. Con los zapatos ocurre lo mismo: me encantan las sandalias bajas de buena calidad.
Por último, el broche de oro: unas gafas de sol grandes, dignas de una diva de Hollywood como Sophia Loren en los años 70. Ah, ¡se me olvidaba! Me apasionan los perfumes, pero con 40 ºC me cuesta llevarlos sobre la piel, así que en verano rocío un poco de agua de colonia en mi pelo (más adecuada que un perfume, porque tiene menor concentración de alcohol) y lista. ¡Chicas, rompamos el hielo y apostemos por los caftanes! Luego, cuando las temperaturas comiencen a bajar, podemos combinarlos con un bonito blazer para seguir usándolos un poco más.