No la llames ecopiel. Ese abrigo largo con solapas bien calibradas. Esa capa de cuello subido con cierre asimétrico. Ese chaquetón de corte evasé perfecto. Es cierto que su aspecto se asemeja a la piel, pero no nacieron para imitarla. Hoy en día, de la moda se espera algo auténtico, capaz de traducir el espíritu del momento en estilo. Y no sé qué pensáis vosotras, pero yo busco sensaciones.
En busca de sensaciones
Efecto peluche
así llamamos a los tejidos que pueden activar nuestro sentido del tacto. Hay que cuidarlos al detalle y deben ser de buena calidad, de lo contrario, no se consigue el objetivo, calientan los huesos, pero no el corazón. La cuestión del calor es obvia: estos materiales son capaces de mantener nuestra temperatura corporal y, gracias a su transpirabilidad, permiten que el aire circule y ofrecen calidez. Pero hay más, y tiene que ver con nuestro deseo más o menos no confesado de volver a ser niñas por un momento.
No tengo un recuerdo preciso de los abrazos de mi madre, es más una sensación que evoca lo maravilloso que era abandonarme a ella, sentir la calma tranquilizadora de su respiración, percibir ese perfume bueno, fresco, apacible que desprendía su piel al rozar la mía.
Hoy en día, todos somos un poco torpes con las emociones
Muchas veces vivimos con el miedo a invadir el espacio ajeno o ser invadidos con amor, lo que por un lado nos gusta mucho, pero por otro nos avergüenza.
Con los tejidos mullidos redescubrimos instantáneamente la dulzura de un abrazo. En un miércoles gris y ventoso, ¿te imaginas esa alegría íntima de ponerte una chaqueta ultrasuave? Tal vez incluso encuentres una con capucha, una verdadera maravilla donde refugiarte y dejar todos los problemas del mundo afuera por un momento.
¿Quién está detrás del nuevo Fashion Journal de Marina Rinaldi?
Cristina Manfredi por Marina Rinaldi
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