Desmontemos de una vez por todas ese mito de que los vestidos son difíciles de combinar, que nos traen demasiadas complicaciones y que no sabemos cómo usarlos en invierno.
Hasta hace poco, yo era la primera en plantearme estos problemas, pero de repente lo entendí todo: empecemos por los cimientos antes de levantar el techo.
Este es el plan: sígueme porque tiene lógica, no es solo una conversación ligera sobre detallitos de moda.
Yo, que modestamente entiendo un poco de moda, algunos días me siento medio tonta mirándome y mirándome en el espejo.